En uno de nuestros viajecitos a Andorra, un destino muy frecuentado por nosotros desde hace años, hicimos noche en un pueblo del pirineo donde las montañas tienen un gran protagonismo. Se trata de Lles de Cerdanya, una pequña localidad ubicada en frente de la Sierra del Cadí.

Desde el primer momento nos encantó el hotel gracias a sus vistas panorámicas que teníamos desde cualquier rincón de la habitación.

Hotel Mirador, ubicado en la zona más alta del pueblo Lles de Cerdanya, es un alojamiento espectacular gracias a su nueva reforma de las habitaciones, alguna de las cuales dispone de un agradable jacuzzi redondo, como en nuestra ocasión.

Los dueños del hotel son una misma familia que se aloja en el mismo edificio, de manera que si necesitas cualquier cosa están a tu disposición.

Para acceder a las habitaciones podremos hacerlo mediante un pequeño ascensor, algo importante sobretodo cuando vas cargado de maletas.

Hay diferentes tipos de luces para que puedas ambientar la habitación a tu gusto y varias persianas controladas automáticamente por interruptores para que puedas decidir si quieres más luz o menos.

La habitación está equipada con fogones,nevera platos, vajilla y microondas, de manera que puedes cocinar: algo de agradecer, ya que estás en la montaña, bastante apartado del mundo urbano.

En nuestra estancia no se nos ofreció pero disponen de ipod para ver películas en la televisión.

El baño es completo y amplio, en nuestro caso teníamos el inodoro y una ducha separados en dos pequñas estancias, dos lavamanos en frente con un gran espejo y el jacuzzi con una ducha descubierta al lado.

También nos ofrecieron un par de albornoces, toallas y secador.

Sin ninguna duda una de la mejores cosas son las vistas panorámicas que puedes disfrutar desde la cama, algo impresionante cuando te despiertas, pues abrir los ojos y ver ese paisaje es una gozada.

Tienen una piscina bastante grande que imagino que había estado abierta en su día pero ahora parece abandonada, una lástima aunque nosotros no la echamos en falta pues no hacía calor, de hecho tuvimos un fin de semana lluvioso en el que unos metros más arriba del hotel, donde se ubica una pista de esquí, llegó a nevar.

También disponen de una pista de de baloncesto con una red para jugar a tenis, una mesa de ping pong, unos pequeños columpios para los más pequeños e incluso un campo de cesped con porterías para jugar a fútbol.

En nuestra estancia disfrutamos de un desayuno tranquilo en el que habían: tostadas, mermeladas, embutido, croissans, ensaimadas, fruta, cereales, zumo, café... Un desayuno bastante correcto.

Quizás se podría mejorar la recepción y el comedor, pues están un poco anticuados, para conferirle una imagen más agradable. Sin duda, un poco de modernización y puesta a punto de algunas zonas lo convertirán en una puntuación 10, porque el lugar donde se ubica es emblemático. Lo único que la carretera hasta el pueblo es la típica de montaña estrechita, con lo que has de conducir con precaución.

Como dato curioso, al día siguiente, trás haber llovido, nos levantamos con toda la sierra nevada y llena de niebla, sin duda un paisaje también bonito de admirar.

Paseando por el pueblo los sonidos más predominantes que oirás serán las camapanas de las vacas y caballos que se encuentran pastando en frente del hotel. Y si eres de los que le gusta caminar, desde el hotel te pueden informar de diferentes excursiones por la zona.

Sin duda es un lugar con una tranquilidad absoluta y un contacto con la naturaleza idílico. Muy aconsejable para salir del estrés de trabajo.

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