Hoy os hablo de un restaurante que conocí hace unos años gracias a mi mejor amiga.

Tras pasar un muy agradable fin de semana en la localidad de Cervera, un pueblo muy tranquilo en el que la música tiene un papel bastante importante, nos llevaron a comer a L'Antic Forn de Cervera. Se trata de un restaurante con una decoración rústica en el que disfrutar de los sabores culinarios está garantizado.

Ofrecen un menú por 15 euros en el que podemos encontrar desde platos típicos catalanes hasta platos orientales y ecológicos.

Una cocina en la que cada día los platos van evolucionando y variando y en la que la alimentación ecológica tiene un gran protagonismo.

Teniendo en cuenta la calidad de los productos y su exquisitez de sabores encontramos un precio muy ajustado para esta cocina y sin duda recomiendo este restaurante a todos los que os guste disfrutar de la comida sana y sabrosa.

En nuestra primera visita al restaurante pudimos degustar algunos platos como los que a continuación podéis ver. (no os puedo decir el nombre de cada plato exacto porque no lo recuerdo)

Recuerdo que yo me pedí una ensalada con fruta que estaba exquisita y este plato de sepia en su punto.

Mi pareja se pidió Atún a la piedra, también en su punto justo de sal y cocción.

Y de postre, mi pareja se pidió un clásico: Mel i mató.

Como nos gustó mucho, el año pasado, tras una escapada familiar por la zona de Lérida, de vuelta a casa, decidimos hcer una parada para comer en este restaurante en compañía de nuestros padres. Para que se os haga un poco la boca agua os dejo las fotos de los platos que entre todos degustamos.

Yo me pedí unos champiñones que estaban exquisitos.

Mi marido un arroz con toques orientales y un plato de merluza.

Mi madre una ensalada y unos fideos de verduras al estilo japonés.

Mis suegros un tartar de champiñones y gambas, un plato de carne y unos caracoles.

Y luego llegó el momento de los postres, una de mis debilidades, pues me encanta esta parte. No puedo evitarlo, soy muy golosa :)

Hubieron varios pastelitos unos de chocolate y otros limón. Yo me pedí un mousse de fresa y mi padre pidió, para mi gusto, el postre más acertado y sorprendente: una verión original del "pa amb xocolata". Realmente una exquisitez que recomiendo probar a todo amante del chocolate :)

Sin duda un restaurante con encanto rústico bajo sus bóbedas de piedra antigua que incitan a la calma y desconexión para centrarse en los platos.