En nuestra última escapada a Andorra, destino muy frecuentado por nosotros en los últimos 9 años, dimos con este estupendo restaurante del que habíamos oído hablar muy bien.

Ubicado en una de las zonas más comerciales de Andorra encontramos un establecimiento que su estética exterior puede hacerlo pasar desapercibido pero sin duda por la calidad de sus platos merece la pena ir.

Como podemos observar en la fotografía podremos elegir comer en la terraza o bien en una de sus tres zonas de comedor: en el que encontramos al entrar llama la atención todos los jamones que tienen colgando a modo decorativo y en el segundo comedor podremos entretenernos viendo una gran cantidad de fotografías de famosos que han visitado este restaurante, entre los cuales encontramos Montserrat Caballé y muchos futbolistas. Disponen también de otro comedor en la planta inferior.

Otra de sus características es la disposición de las mesas en diferentes bancos acolchados, algo que a mi particularmente me gusta mucho.

Entre sus especialidades de la extensa carta podemos encontrar mariscos de muy buena calidad: ostras, navajas, gambas, bogavante, centollo, langosta.... También podremos elegir entre sopas, arroces, carnes y pescados.

Nosotros optamos por uno de los dos menús del día que ofrecen (uno ronda los 14€ y el otro los 19€, sin incluir las bebidas.

Como detalle de bienvenida y mientras esperamos la comida nos pusierons unas olivas, un gesto que se agradece siempre en los restaurantes.

Entre los primeros que elgimos (Melón con jamón y Tallarines a los 4 quesos) he de destacar los tallarines a los 4 quesos por su salsa, ya que sabía a quesos, no como otras que parece sólo nata.

Y de segundo, elegimos el Salmón a la plancha. Un plato que disfrutamos mucho, pues nos encanta este pescado y estaba en su punto acompañado con patatas y verduras.

Antes de traernos el postre nos sorprendieron con un detalle muy agradable: unas galletitas y bombones a acompañados de una copa de cava. Sin duda es algo que hace la comida muy agradable y hace sentir especial al cliente; una muestra de preocupación por los comensales que no encuentras en todos los sitios.

De postre pedimos una tarta massini y flan. Ambos estaban muy buenos. De esta manera acabamos con muy buen sabor de boca y una experiencia culinaria muy agradable. Por lo que os recomiendo que tengáis en cuenta este restaurante en vuestras próximas vacaciones a Andorra.

Y pos si fuera poco, acabé tomando un café con leche, que también estaba muy bueno :)